Graciano, de vilipendiada a admirada

Curiosidades del Mundo del Vino

Graciano, de vilipendiada a admirada

Ruth de Andrés | 4 noviembre, 2022

 Graciano es una uva de esas con una historia para contar. Caída en el olvido, resurgida de sus cenizas, y ahora, convertida en una gran estrella. No hay bodega grande o pequeña en Rioja y en Navarra que no experimente con ella y muchas agrandan su gama con un monovarietal de Graciano.Tras años de hegemonía … Continúa leyendo Graciano, de vilipendiada a admirada

 

Graciano es una uva de esas con una historia para contar. Caída en el olvido, resurgida de sus cenizas, y ahora, convertida en una gran estrella. No hay bodega grande o pequeña en Rioja y en Navarra que no experimente con ella y muchas agrandan su gama con un monovarietal de Graciano.

Tras años de hegemonía indiscutible del tempranillo, empiezan a surgir otras uvas que cuestionan su predominancia. La Garnacha, la Monastrell, la Mencía, la Bobal y, por supuesto, la que hoy nos ocupa, la Graciano, presentan batalla. Y nosotros que nos alegramos: ¡que viva la diversidad!

Durante años parecía que Tempranillo fuese la única uva de Rioja. Y, por ende, de otras regiones como Ribera del Duero y Toro. Si no tenías Tempranillo no eras nadie. Y por eso, el tempranillo se plantó hasta donde no debía plantarse. Ejemplos tremendos en la costa catalana y hasta en Galicia. Pero, como todas las modas, esto ha pasado y ahora se acepta, se fomenta y se ensalza a otras variedades que durante años permanecieron ocultas y escondidas en las viñas. Es el momento de poner en valor otras uvas. Es el momento de la Graciano.

 

¿Dónde podemos encontrar Graciano?

Graciano es una uva de esas con una historia para contar. Caída en el olvido, resurgida de sus cenizas, y ahora, convertida en una gran estrella. No hay bodega grande o pequeña en Rioja y en Navarra que no experimente con ella y muchas agrandan su gama con un monovarietal de Graciano.

Tras años de hegemonía indiscutible del tempranillo, empiezan a surgir otras uvas que cuestionan su predominancia. La Garnacha, la Monastrell, la Mencía, la Bobal y, por supuesto, la que hoy nos ocupa, la Graciano, presentan batalla. Y nosotros que nos alegramos: ¡que viva la diversidad!

Durante años parecía que Tempranillo fuese la única uva de Rioja. Y, por ende, de otras regiones como Ribera del Duero y Toro. Si no tenías Tempranillo no eras nadie. Y por eso, el tempranillo se plantó hasta donde no debía plantarse. Ejemplos tremendos en la costa catalana y hasta en Galicia. Pero, como todas las modas, esto ha pasado y ahora se acepta, se fomenta y se ensalza a otras variedades que durante años permanecieron ocultas y escondidas en las viñas. Es el momento de poner en valor otras uvas. Es el momento de la Graciano.

 

graciano

 

¿Y cómo es ella?

Os hemos hablado de la aplastante victoria del tempranillo como uva patria. Pero quizás una de las razones de que la Graciano haya perdido fuelle es que no es fácil de cultivar. Los resultados, cuando son buenos, son buenísimos. Pero, lo cierto es que es una variedad un poco guerrera: poco productiva y de maduración tardía digamos que no es lo que a un viticultor le gusta oír. Pero cuando es buena, ¡qué rica!

La uva es muy oscura, con una piel gruesa y dura. Por eso es bastante resistente a enfermedades. Prefiere los suelos arcillosos y necesita calor y sol para madurar correctamente.

Tradicionalmente, fue parte del triunvirato riojano: tempranillo, garnacha y graciano. Cada uva tenía aquí su cometido, y el del Graciano era aportar acidez. Este era su gran valor. La acidez, como os hemos explicado otras veces, es la garantía para un buen envejecimiento. Por eso, es fácil encontrar siempre algo de graciano en los reservas y los grandes reservas, particularmente de Rioja.

Como parte de esa recuperación, que os comentábamos antes, de otras variedades, su cultivo en Rioja y en Navarra ha crecido mucho y hay muchas nuevas plantaciones de Graciano en ambas regiones, aunque aún no llega ni de lejos a la superficie que había plantada antes de la filoxera.

 

graciano

 

¿A qué sabe la Graciano?

Ya os hemos explicado que habitualmente el Graciano era una variedad que se usaba como complementaria a otras variedades. La Graciano era la encargada de aportar acidez a la mezcla.

Aparte de eso podemos deciros, que es una variedad con un bonito color violáceo, casi azul. Un tanino recio y potente y unos aromas que, aunque tienen recuerdos de frutas, muchos interpretan más como especiados. Hablamos de esa mezcla entre bayas negras y algo pimentoso, recuerdos a regaliz.

Como os hemos dicho, ha sido una variedad usada para mezclar con otras variedades y complementar coupages. Ahora, la moda es elaborarla en solitario y embotellar 100% Graciano. A priori, lo de alta acidez y tanino recio, puede echar para atrás. Pero en bodega lo saben y trabajan para sacar otros colores al Graciano. No os vamos a decir que este Graciano es como un suave Merlot, pero lo cierto es que, si os gustan los vinos serios, con un punto de austeridad y no excesivamente afrutados, esta variedad está hecha para vosotros.

 

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