Vino en lata: liberamos nuestros prejuicios

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Vino en lata: liberamos nuestros prejuicios

Ruth de Andrés | 25 octubre, 2023

No nos hemos vuelto locos. El vino en lata es una realidad, y cada vez más extendida. Hemos de asumir que ha venido para quedarse. Así que no os rasguéis las vestiduras, veamos de qué se trata,

 

¿Vino en lata? Seguro que nos estáis leyendo con los ojos como platos y osciláis entre seguir leyendo y pasar página. Pues os animamos a que sigáis, claro que sí. Porque no hace falta que lo bebáis, sólo entender un poquito cómo, cuándo y por qué.

El mundo del vino ha experimentado una transformación significativa en los últimos años. Hasta aquí todos de acuerdo. Una de las innovaciones más notables ha sido la creciente popularidad de los vinos en envases distintos de la tradicional botella. Tetrabrick, PET, bag in box… y ahora la lata.

A los más tradicionales, nos sigue chirriando cualquier cosa que no sea una botella de vidrio. El vino tiene esa aura de tradición, pompa y circunstancia que muchos se ven en la obligación salvaguardar. Cosa que no ocurre con la cerveza, por ejemplo. A nadie, o a casi nadie, le importa demasiado si la cerveza va en lata, en vidrio o sale de un grifo. Pero en el vino nuestros prejuicios son diferentes.

Así que nos hemos liberado de los prejuicios y nos hemos zambullido en el mundo “latil” y hemos aprendido un poco más para contaros las ventajas e inconvenientes de los vinos en lata (con toda la objetividad que nos permite nuestra posición), y cómo esta tendencia está impactando en la industria vinícola. 

 

Dónde empieza el vino en lata

 

No hace falta que nos remontemos a los anales de la historia. El primer vino en lata lo elabora Underwood en 1962. Un pionero, ya veis. Pero su popularidad comienza a verse allá por finales de los 80, también en Estados Unidos. Actualmente, las principales regiones productoras de vino en lata son Estados Unidos (California, of course) y Australia. Los europeos vamos muy a la zaga, aunque es cierto que nos empezamos a creer la moda y, poco a poco, se va aumentando la producción.

 

vino en lata

 

Quién consume vino en lata

 

La popularidad de los vinos en lata ha ido en aumento en todo el mundo. Los porcentajes de crecimiento son espectaculares, pero claro se partía de un número muy muy pequeño. Lo que es obvio es que las preferencias de los consumidores varían ampliamente según las regiones y las tendencias del mercado. Aquí os dejamos los países donde este formato triunfa más:

  • Estados Unidos: pues sí, Vinistas, porque esto lo empezaron ellos y siguen siendo el mercado líder en el consumo de vino en lata. Los consumidores más jóvenes llevan la voz cantante.
  • Australia: otro país donde el vino en lata ha experimentado un crecimiento significativo y quizás unas de las razones sea porque el consumidor medio australiano es joven y porque hace tiempo que apostaron por los vinos de calidad en lata, y no cualquier cosa.
  • Un poco más abajo en la lista de países consumidores, están Reino Unido, Canadá y Nueva Zelanda.

 

vino en lata

 

Ventajas del vino en lata

 

No estamos seguros de si ventajas del vino en lata es un título acertado o lo suyo sería decir el “por qué” del vino en lata. Lo decimos nosotros que no le ponemos un pero al vidrio… así que seguro que nos entendéis. De cualquier modo, disparamos:

  • Portabilidad y comodidad: quizás es la más evidente. Las latas son ligeras y compactas, lo que las hace ideales para llevar a eventos al aire libre, como picnics, festivales y excursiones. No es necesario llevar un sacacorchos, y las latas son menos propensas a romperse en comparación con las botellas de vidrio. De acuerdo, ¿no?
  • Reducción del desperdicio: Las latas de vino suelen contener 25cL o 33cL, frente a las botellas de vidrio tradicionales, de 75cL. Lo que puede llevar a desperdiciar vino si no se consume en una sola ocasión. Las latas ofrecen la posibilidad de servir el vino en porciones más pequeñas, lo que reduce el riesgo de desperdicio y permite a los consumidores disfrutar de una sola copa sin tener que abrir una botella completa. Pues sí, esto nos ha pasado a todos.
  • Mayor durabilidad y resistencia: Las latas son resistentes a la luz y al calor, lo que protege el vino de la exposición a factores que podrían dañar su calidad. Ponemos muy a propósito podrían porque es sólo una posibilidad y no siempre mala. Los grandes vinos evolucionan y nos encanta que sea así. Claro que aquí no hablamos de enlatar grandes vinos y sólo de usar recipientes alternativos para vinos probablemente más sencillos sin ninguna necesidad de envejecer.
  • Menor riesgo de contaminación: el cierre de las latas de vino vuelve a ser de aluminio, frente al corcho que se utiliza en las botellas de vidrio. Eso las convierte en una opción segura para evitar los desagradables olores a corcho. Aunque reconocemos que es una ventaja, nuestro corazón nos dice que no hay nada más emocionante que desenfundar tu sacacorchos y extraer lentamente su corcho.
  • Innovación en el diseño: Las latas de vino es otra oportunidad para la creatividad en el diseño. Y es que, aunque el mundo de las etiquetas ha avanzado enormemente en los últimos años, las latas ofrecen otro estilo de imágenes atractivas y personalizadas, lo que atrae a un público diverso, incluyendo a los consumidores más jóvenes que buscan opciones más modernas y llamativas.

 vino en lata

 

El por qué no del vino en lata

 

De nuevo, nos parecía demasiado obvio decir los inconvenientes de los vinos en lata, porque nuestra opinión es que para todo hay cabida y esto sólo es una opción más que ofrece el mercado a los consumidores. Sin intención de menospreciar ni sustituir otros envases, estas nos parece que son los puntos débiles del vino en lata.

  • Percepción de calidad: Sin duda, el gran desafío. Muchas personas asocian el vino de alta calidad con las botellas de vidrio, y pueden ser escépticas acerca de la calidad del vino en lata. Levantamos la mano, honestamente. A pesar de que la calidad no está necesariamente relacionada con el envase, esta percepción persiste y, seguramente, alimentada porque los primeros vinos en lata eran poco buenos. Por no decir, francamente malos. Pero eso, Vinistas, ha cambiado y es fácil encontrar vinos impecablemente hechos, honestos y disfrutones en lata.
  • Limitaciones de evolución: lo hemos apuntado arriba, las latas no son adecuadas para vinos que requieren envejecimiento prolongado porque ese envejecimiento les va a ayudar a evolucionar y desarrollarse. En enología, decimos que hay 3 tipos de aromas, según su origen, los primarios que vienen de la propia uva, los secundarios que se desarrollan durante la elaboración y los terciarios que aparecen en la crianza, ya sea en barrica o en botella. Pues bien, los vinos en lata se saltan este último paso. Las botellas de vidrio son ideales para vinos que mejoran con el tiempo, ya que permiten una microoxigenación controlada a través del corcho. Las latas, al ser herméticas, no ofrecen este beneficio y, por lo tanto, no son adecuadas para vinos de guarda. Pero, insistimos, para vinos de guarda. Un vino que se deba consumir joven y fresco… pues no le hace daño la lata.
  • Costos iniciales y tecnología de enlatado: La inversión en tecnología de enlatado puede ser costosa para las bodegas y productores de vino, especialmente para aquellos que contemplan esta opción como minoritaria y no la principal en su línea de envasado. Amortizar, en ese caso, una instalación así es prácticamente imposible.
  • Sabor residual metálico: Aunque las latas de vino están recubiertas para evitar que el vino entre en contacto directo con el aluminio, algunos críticos afirman que aún pueden experimentar un sabor residual metálico en el vino. Quizás no sea perceptible por todos. O quizás los bebedores de vinos en lata no sean tan precisos en sus catas. Pero puedo ocurrir. En resumen, y aunque nos sigan rechinando los dientes al unir en la misma frase vino y lata, la realidad es que el formato ofrece una serie de ventajas, como su portabilidad y la reducción del desperdicio. Sin embargo, también presentan inconvenientes claros como las limitaciones de envejecimiento y nuestra propia percepción.

Hilando con el inicio y aunque los tradicionalistas amantes del vino se rasguen las vestiduras, todo esto del vino en lata quizás debamos verlo, simplemente, como una opción más. Igual que en la cerveza, donde saltamos de un envase a otro sin mayor problema. Un formato que, en ningún caso, reemplazará al vidrio. Porque no puede ni es su propósito. Pero igual que los beneficios que traen nunca podrán ser adquiridos por el vidrio. Lo que está claro es que esta innovación ha llegado para quedarse. Queda por ver si por mucho tiempo o si sólo es una moda pasajera como tantas otras.

 

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