Consejos y Tips de Vino

Vino dulce y postre – Vinistas TV – Episodio 62

Ruth de Andrés | 23 marzo, 2017

Los buenos vinistas no toman el postre con café. Te dejamos 2 truquillos y 2 conceptos para entenderlo fácil y rápido. Aplícatelo y disfruta.

 

Los buenos vinistas no toman el postre con café. Es verdad que los vinos dulces han quedado un poco relegados y que mucha gente no los conoce y no sabe exactamente como combinarlos. Pero os aseguro que la diversidad y los tipos de elaboraciones y por tanto de vinos de este tipo es enorme. Con lo que nos gustan y toda la variedad que hay, podemos saltarnos la dieta, pero nunca el vino dulce ni el postre. Os vamos a explicar 2 truquillos y 2 conceptos para que aprendáis a combinar de la mejor manera los vinos dulces con los postres.

 

Los dos truquillos del buen postre: vino dulce

  1. Dulce con dulce: A mi me gusta decir que las normas estas de vino y comida están para romperlas. Pero la verdad es que sólo hay una que mejor no os saltéis. Y esa es la de con los postres siempre vino dulce. ¿Sabéis por qué? Porque chirrían los dientes.
  2. Cuanto más oscuro es el postre, más oscuro debe ser el vino: así que ya sabéis para que se usan los tintos dulces.

 

Los dos conceptos… para el postre

Hay sólo dos conceptos que además son muy sencillos de entender cuando se explican bien:

  • Acidez: la acidez se equilibra con el dulzor. Así que cuanto más ácido es el postre menos notaremos el azúcar y por eso necesitaremos un vino menos dulce. Cuando hablamos de postres con una buena acidez, hablamos de frutas. Ya sean tartas, helados o la archifamosa crema de limón (de esas express cuando no tienes tiempo) tienen en común ese punto de acidez que nos crispa la lengua y nos refresca.
    • Vinos con azúcar natural, como un Sauternes, un Riesling, un Gewurztraminer dulce. O también un Verdejo semidulce, de esos que están tan de moda. Cualquiera de ellos van con un sorbete de fruta, una tarta de manzana…
    • También un cava o un Champagne semi-seco que también tienen una buena acidez así que el equilibrio es perfecto. Por ejemplo una tarta de frutas rojas con Champagne rosado es genial.

 

  • Textura: los postres muy cremosos, más pesados, piden a gritos un vino más dulce que los anteriores.
    • Algo como un Moscatel o un Pedro Ximénez. Postres como las natillas, el flan, el arroz con leche, las tartas charlotas, tartas de queso (de horno)… Todos los que vengan con crema pastelera o nata como protagonista os van a pedir vinos más dulces. Hace unos meses os hablábamos de una combinación de pasteles de crema con Oporto blanco.
    • Y no, no os preocupéis que no nos olvidamos del chocolate. Ya os veo la cara de expectación. Pues os recomiendo los Oporto o vinos rancios de garnachas, tan mediterráneos. Ya os lo habíamos contado aquí hace unos meses, pero os lo recordamos. No hay como el amargor del chocolate para combinar con el amargor de estos tintos dulces. Aquí se cumple lo que os explicábamos del color: cuanto más oscuro el postre, más oscuro el vino. Así que sin miedo.

 

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