3 razones por las que un Riesling te cambia la vida
Ruth de Andrés | 24 febrero, 2016
Llega un día en que el Riesling se cruza en tu camino y ya no vuelves a ser el mismo
Dicen que en la vida de todo Vinista, llega un día en que el Riesling se cruza en tu camino y ya no volverás a ser el mismo. A partir de ese momento, uno se pregunta qué ha hecho el resto de su vida. Estas son los 3 puntos imperdibles para disfrutar esta variedad:
UN BUEN RIESLING ENVEJECE
Abajo los tópicos que dicen que los blancos no envejecen. A medida que pasan los años, se vuelve más complejo y más sutil. Algunos dicen que con la edad huelen a gasolina. Pero no penséis en nada desagradable o químico. Es un recuerdo suave y fino. Algo así como un petróleo perfumado. Vaya, difícil de describir. Así que un poco de paciencia, porque si hay algo mejor que un buen Riesling es un buen Riesling viejo.
UN BUEN RIESLING HAY QUE BUSCARLO.
Es de clima frío. El hogar de esta uva está en Alsacia y en la cuenca del Rin. Vinos alemanes y franceses. Y aunque hay honrosas excepciones en países cálidos, el calor hace que madure demasiado rápido y por eso los aromas no se desarrollan adecuadamente y esto hace que resulte menos compleja y menos original.
HAY MUY BUENOS RIESLINGS
Los hay secos o dulces, y hasta espumosos, elaborados con uvas pasificadas, otros de uvas congeladas y hasta de uvas podridas; se puede fermentar en barrica o en acero, se puede mezclar con otras variedades… ¿Cuál es el tuyo?
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