Hospices de Beaune: la gran subasta

Este domingo, como cada tercer domingo de noviembre, a las 14.30 se celebra la subasta de los Hospices de Beaune. La mayor subasta vinícola del mundo (o eso dicen ellos) que tiene lugar en Beaune, el corazón de Borgoña, desde hace más de 150 años. En concreto desde 1859 y, a decir verdad, el espectáculo no es sólo el domingo. En realidad se le conoce como Les Trois Glorieuses, o los tres días gloriosos. Pues tanto sábado, como domingo, como lunes tienen lugar eventos relevantes. Hace tiempo os hablamos de otra subasta, pero fraudulenta. Esta os aseguramos tiene todas las garantías y una pátina de tradición que no deja lugar a dudas. Seguid leyendo.

Los números de la gran subasta

El domingo es la subasta. Compradores de todo el mundo pujan, también virtualmente, por los barriles de vino de Hospices de Beaune. Este es el nombre de una prestigiosa bodega muy singular. Es una obra de caridad fundada en 1443. Desde 2005, la casa de subastas inglesa Christie’s se encarga de organizar el espectáculo, junto con una personalidad que auspicia el evento. Todo tiene un innegable aire ilustre y de tradición, como gusta a los franceses. A golpe de martillo se van subastando los barriles, o piezas, como los llaman ellos, de 228L. Todos pertenecientes a esta bodega, Hospices de Beaune. Este año hay 596 piezas. Una proeza cuando recordamos la meteorología de este año en la castigada región.

• Todos estos viñedos, unas 60 has, han sido donados a lo largo de los siglos por familias de la zona.
• Las piezas o barricas contienen el vino de los 45 viñedos (un tercio de Chardonnay y el resto de Pinot Noir) que pertenecen a la institución.
• Las pièces o barricas se corresponden con determinadas cuvées o vinos. Por eso se embotellan y se subastan distintos vinos, correspondientes a cada cuvée.
• De todas, hay una especialmente singular, la Cuvée des Presidents. Todos miraremos de reojo su precio, pues es, tradicionalmente, la pieza más cara. Su precio es un indicador de los precios de Borgoña para ese año.

Las etiquetas

Todo en la subasta está estudiado y todo se enfoca a dar lustre a los vinos y a quienes los compran. Incluso las etiquetas. Veréis por qué:

• El nombre de Hospices de Beaune, junto con la denominación de origen de donde procede.
• El nombre de la persona que en su día legó el viñedo de donde ha salido ese vino.
• El nombre del postor de ese año.

Es un gran honor aparecer en esas etiquetas y, de hecho, no sólo aparecer en esas etiquetas sino que participar en la propia subasta da una gran relevancia . Al final, es también un acto social así que muchos postores invitan a clientes y compromisos para hacerles ver el encanto del lugar y del acto.

En Hospices hay más fiesta

Aunque no queráis pujar por uno de los codiciados barriles, siempre podéis pasearos por Beaune. Además de la elitista subasta, hay cientos de eventos organizados: Una media maratón, jornadas de puertas abiertas en bodegas, actuaciones en la calle, degustaciones en cada esquina… Y por supuesto, es visita obligada el edificio de Hospices en sí. Este hospital se fundó en 1443 y funcionó como tal hasta finales de los 70, cuando se convirtió en Museo y se trasladó la obra hospitalaria a unas nuevas instalaciones. El edificio es una preciosidad y un ejemplo perfecto del estilo renacentista. Durante siglos, funcionó como un hospital. Pero también como orfanato y asilo, con una orientación católica.

Y lo más importante

Hospices de Beaune se creó y se ha mantenido gracias a las donaciones. Sin necesidad de intervención por parte del Estado francés. El vino y el museo de Hospices contribuyen a mantener la labor del hospital y otras obras de caridad que realiza la propia institución. Todo esto la convierte en una de las mejores y más antiguas fundaciones filantrópicas, con una relación muy estrecha con el vino. Si tenéis la suerte de estar por allí, mandadnos una foto.

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