Montetoro Reserva

Cuando finaliza sus estudios de Enología, Ramón vuelve a Toro, a Venialbo, para hacerse cargo de la bodega familiar. Trae la cabeza llena de nuevas ideas y aún más ganas de hacerlas en su pueblo.

Con más de 80 hectáreas de viñedo viejo en casa, Ramón sabe que debe jugar esta baza de sus viñas únicas y lo hace. De todas las viñas que tienen en Toro, hay algunos majuelos viejos y fabulosos que a Ramon le encantan.

Tardencuba es una de esas parcelas. Enteramente plantada de Tinta de Toro. Una colina que Ramón segrega del resto de la finca para vinificar por separado. Con otro nombre y otro espíritu.

Pronto une otras variedades a su querida Tinta de Toro y entran en juego la Malvasía, el Petit Verdot y hasta una Garnacha vieja que cultiva en ecológico.

Estas plantas están cultivadas en vaso a la manera tradicional y algunos suelos son tan arenosos, que las viñas están plantadas sin portainjerto, porque el insecto de la Filoxera no puede atacar en esos suelos.

La elaboración es mucho más moderna, con técnicas de vanguardia muy respetuosas, con su querida uva que es lo que a él le importa. Combina depósitos de cemento con cubas de acero inoxidable, barricas de roble francés, maceraciones para extraer más sensación de fruta… Vinos modernos con la uva como protagonista. Este es el espíritu de Tardencuba. Para ello: viñas viejas, técnicas modernas y un enólogo autóctono, de Toro, con la cabeza bullendo de ideas.

No olvidaremos que Ramón fue quien inauguró nuestro cuestionario de Vinistas con la primera entrevista a Tardencuba.

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