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L’Ancestral Rose de Montrubi es de esos vinos que es como un viaje. Te cambia la percepción previa que tuvieras de un sitio, o de un vino, y te hace descubrir algo nuevo. Como todos los viajes, volverás encantado.
¿Por qué nos gusta?
No todo es repetir recetas sino también tiene que haber innovación, sobre todo, basada en la tradición. Y es que ese es el espíritu de Montrubi. La bodega se fundó en los 80 precisamente aunando tradición e innovación y este vino lo demuestra. Ancestral utiliza un método de elaboración muy antiguo, anterior al famoso método Champenois del cava. Y es que aunque ellos son del Penedés, no hacen cava. Pero sí burbujas. La variedad es también una uva autóctona, pero casi desaparecida, Sumoll. Josep Queralt, el infatigable enólogo de Montrubi, cree que es idónea para hacer espumosos. Por sus aromas frescos y su enorme acidez.
Así que visita este destino. Al menos una vez en la vida. No se nos ocurre nada mejor para llevar bien lejos tu paladar, sin moverte del sofá. Abrocha bien tus papilas para el viaje que nos vamos.
Todo lo que hay que saber de este vino
Tipo de vino:
Espumoso
Variedad:
Sumoll
Zona:
D.O. Penedes
Botella:
750 ml
Cata:
El color es muy bonito y un bosquejo de lo que viene después. No esperes una gran intensidad aromática porque aquí L’Ancestral Rosé va más hacia la sutileza. Notas de verdor, frutillas frescas, como fresas silvestres o frambuesas. En boca es super refrescante, con una entrada limpia y que se abre, sin abrumar, pero que va despertando tus papilas y deja un final ligeramente amargo que nos alarga el sabor.
Con qué disfrutarlo:
Hay vinos complicados de maridar y otros que pegan con muchas cosas. Este es de los segundos: un plato de quesos, un buen embutido. Pero una carne ligera, como ave, un pescado graso y sabroso, unas verduras, ensaladas… y cosas complicadas como alcachofas, anchoas, platos picantes… en fin, ¡tantas cosas!
El productor: Montrubí
Montrubi es una preciosa finca a 60 km al suroeste de Barcelona, es el Penedés. 30 hectáreas de viñedos en medio de un paisaje que huele y sabe a Mediterráneo. Una propiedad familiar, en la que Alejo Peris, como director y propietario, junto con Josep Queralt, el enólogo afrontan con valentía el reto de crear vinos únicos de su finca, de sus viñas y de su comarca.
Montrubí está en el pueblo de L’Avellà, en una zona boscosa, la más alta del Penedés, entre 500 y 800m sobre el nivel del mar. En lo que se conoce como la Sierra Prelitoral Catalana. En plena naturaleza rodeada de bosques de pino mediterráneo y áreas de sotobosque llenos de hierbas aromáticas, donde conviven en un entorno salvaje jabalíes, liebres y águilas perdiceras. Un lugar idílico.
La bodega se fundó en 1984 por la familia Peris. Aunque la finca agrícola data de siglo XIX. Ya entonces, se elaboraban vinos y aceite que se exportaban sobre todo a Cuba. La renovación en 1984 supuso plantación de nuevos viñedos y una enorme inversión en maquinaria y medios para poner a punto una auténtica bodega de vinos de calidad.
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