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Sí, es naranja. Sí, de verdad. Para quienes no conozcan el concepto de los vinos brisados: son vinos blancos fermentados con sus hollejos como si fueran vinos tintos.
¿Por qué nos gusta?
Cuando los hijos de Stellan Lundqvist decidieron reabrir su bodega en 2014, quisieron emprender el camino de las uvas autóctonas. Nombres desconocidos para muchos pero apasionantes por el mosto que traen. Por eso quizá esto de Giro Rós no os suene, pero da lo mismo. Es que os va a enamorar.
Quizá os de una pista esto: en mallorquín Giro es literalmente giro, y Rós es rubio.
Sí, es naranja. Sí, de verdad. Para quienes no conozcan el concepto de los vinos brisados: son vinos blancos fermentados con sus hollejos como si fueran vinos tintos. ¿Qué adquieren, aparte del obvio color anaranjado?
Pues taninos y cuerpo. Son vinos más intensos que un blanco al uso: y nos encanta. Esta elaboración es idónea para esta variedad porque ella misma, cuando madura, toma el tono naranja de forma natural.
Todo lo que hay que saber de este vino
Tipo de vino:
Vino Blanco
Variedad:
Giro Ros
Zona:
Mallorca
Crianza:
Joven
Botella:
750 ml
Cata:
Es una preciosidad. Tiene un tono naranja muuuuy vahído, con destellos más intensos de cobre. Realmente nos recuerda más a un ámbar. En nariz es donde compruebas que es un vino blanco: fresquísimo. Es muy intenso, penetrante, y deja notas de mango y de hueso de melocotón. En boca es goloso, pero también salino. Tiene una acidez estupenda, y es largo y potente, ¡mucho para ser un blanco! Ya os dijimos: cosa de los brisados.
Con qué disfrutarlo:
Olvidaos de prejuicios y tiraos a la piscina. Nos encanta con el aperitivo, o con una crema de verduras. Quizá de calabacín, por eso del queso. Que también está delicioso acompañando a una tabla de quesos… e incluso a algún arroz o carnes ligeras.
El productor: Santa Catarina
Stellan Lundqvist llegó a Mallorca en 1984, enamorado del sol y de los vinos españoles. Un auténtico fanático. Había arrancado su carrera como viticultor en Suecia. Sí, queridos. En Suecia. Misión arriesgada cuando menos. Por no decir, imposible. Así sin paliativos. Así que cuando llegó Mallorca supo que era su lugar. Aquí en Mallorca, encontraría sus vinos.
Su ideal estaba claro: quería igualar la calidad de los vinos que acostumbraba a beber. Eso pasaba por una pequeña revolución. Más que nada por un repensar la manera de trabajar. Así que innovó y experimentó. Y aunque fue polémico, decidió plantar un montón de variedades hasta entonces raras en la isla. Cosas como Merlot, Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Syrah. Variedades autóctonas francesas que no eran de lo más visto en la isla. Las introdujo, sentando un precedente que perduró hasta hace pocos años.
Cuando Stellan fallece en el 2002, la bodega se toma un tiempo. Alquilan las viñas y respiran. También en cierto modo hay un tiempo en la viticultura de Mallorca. La isla toma un cambio en su filosofía vitivinícola y se vuelca en las variedades autóctonas.
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