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Hay zonas que por conocidas y manidas piensas que no dan más de sí. Pero nos equivocábamos. Rudeles nos ha robado el corazón.
Esta Garnacha demuestra la valentía de los Rudeles. Ellos contaban con unas fincas de Garnacha viejísima y de una calidad impresionante. Pero la DO Ribera del Duero no admite vinos que no lleven Tempranillo, al menos 85%. Pero no renuncian y deciden salirse por la tangente.
Su Garnacha se merece un vino para ella sola y deciden hacer este vino fuera del cuadro de la DO. Y al final ser o no DO es lo de menos, porque el vino lo vale todo.
Tipo de vino:
Vino Tinto
Variedad:
Garnacha
Zona:
D.O. Ribera del Duero
Botella:
750 ml
Cata:
Un tinto casi floral, que recuerda también al tabaco y al regaliz. En boca, es delgado, con una estructura fina y muy largo. Con carácter.
Con qué disfrutarlo:
Perfecto para una sesión de tapas improvisadas, embutidos varios, quesos… pero también pastas, pizza y una carne blanca.
Quizás poco conocida para muchos conocidos, pero los entendidos saben que esta Ribera del Duero tiene unas uvas muy especiales. Y de eso va Rudeles.
Rudeles son las iniciales de los apellidos de los 4 socios. Todos parientes y amigos que no querían ver como su región se despoblaba y cómo nadie se hacía cargo de las viñas plantadas por sus abuelos. Antes que tirarse de los pelos y huir también a la ciudad, decidieron liarse la manta a la cabeza y hacer lo que mejor sabían hacer grandes uvas para grandes vinos.
Y aquí están al pie del cañón de Rudeles: Javier Ruperez, Antonio Ruperez, Juan Martin del Hoyo, Marcos Espinel haciéndose cargo de esas viñas de 90 años. Algunas de ellas anteriores a la filoxera.
Estas viñas viejas son toda una rareza en la Ribera del Duero. Una DO con un crecimiento espectacular en los últimos años. Y s damos una cifra: el 80% de las viñas plantadas tienen menos de 20 años. Por eso, estas viñas tienen tanto valor aquí.
Viñas viejitas pero sabias. Que se regulan muy bien cuando el año es seco, porque sus raíces profundas penetran en la tierra buscando agua. Y saben que el año que es frío hay que esforzarse por madurar mejor las uvas. No dan muchos kilos de fruta, pero las uvas que dan son, sencillamente, las mejores.
Rudeles suma más de 60 parcelas todas diseminadas en el valle alrededor de Peñalba y que llega casi hasta Atauta. Algunas parcelas son tan pequeñas que sólo tienen 50 cepas. Como un pisito.
Tempranillo o Tinta fina, como quieras llamarlo, es la variedad mayoritaria. Y cuentan con una singularidad: Garnacha y Albillo.
- La primera bien difícil de encontrar en la Ribera del Duero. Pero la hay. Esta es muy vieja y nunca está en solitario en una parcela sino que la encontramos aquí y allá plantada entre las cepas de Tempranillo. En los vinos de Rudeles siempre entra en el copuage. En proporciones muy pequeñas, normalmente un 5%.
- Albillo, la única variedad blanca de la Ribera. El Consejo Regulador la admite desde hace poco, y Rudeles hace un vino blanco delicioso con ella. Un blanco que no es Ribera, sino que se clasifica como Vino de la Tierra de Castilla y León. Pero bueno eso es lo de menos.
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