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Un vermut que hace aperitivo, fiesta y te saca a bailar.
¿Por qué nos gusta?
Partiendo de una fórmula de 1927, los incansables chicos de Meóriga nos sorprenden con un vermut hecho con la base de sus vinos de uva Prieto Picudo.
A decir verdad, la fórmula es secreta así que no podemos contaros mucho de los botánicos que usan, pero lo hemos probado y tras el éxito de su Esencia 27, este vermut lleva el mismo camino: ganas de fiesta en cada sorbo.
David y sus socios sacan adelante un proyecto que nace con la mejor intención: devolver vida al pueblo en el que tantos buenos ratos pasaron. Y eso se hace con ilusión, trabajo y buenas ideas, como este vermut.
Todo lo que hay que saber de este vino
Tipo de vino:
Vermut/Vermouth
Variedad:
Prieto Picudo
Botella:
1000 ml
Cata:
Aromas vegetales y notas de nueces verdes. En boca, la primera impresión suave y fina en el paladar, aunque luego se va abriendo para ser más amplio. Largo y dulce.
Con qué disfrutarlo:
No inventamos nada y os recomendamos como se toma un vermut de toda la vida: en el aperitivo, frío, con hielo y esa aceituna rica. Si eres de los que te va la innovación, atrévete con un cóctel exótico y añade ron o whisky. Seguro que el resultado es para arrancarse a bailar.
El productor: Meoriga Bodegas & Viñedos
Meoriga Bodegas & Viñedos podría ser el sinónimo de ideas claras y mucha ilusión para hacer vinos que no responden a la tradición y que les han lanzado al estrellato
Los chicos de Meoriga tienen en común su origen: son de Mayorga. Un pueblecito al norte de Valladolid. Algunos se criaron allí, otros solo iban los veranos. Pero todos guardan un recuerdo imborrable del pueblo.
Cuando la cooperativa de vino cerró decidieron tomar cartas en el asunto y hacerse ellos cargo. Todos tenían viñas de la familia, el sentido de pertenencia y ganas de hacer algo bueno para el pueblo. Así que Recuperar una tradición y un pueblo fueron los motivos.
Para hacer vino no sólo hace falta ilusión. También conocimientos y medios. Había mucho trabajo: en reestructurar la viña y en renovar el edificio y los medios.
Como en todos los proyectos tiene que haber una idea feliz. La de Meoriga fue dar paso a nuevas elaboraciones, olvidándose de estilos viejunos y pensando en el deleite de su público. Sus vinos semidulces y de aguja les han lanzado al estrellato.
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