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Este Esencia 33 representa a la perfección su papel de vino blanco afrutado, con el aliciente de una variedad nueva para explorar.
¿Por qué nos gusta?
Albarin no es lo mismo que Albariño aunque suenan parecido. Albarin crece en el Sur de la provincia de León. Una uva casi desaparecida, eclipsada por el predominio de los tintos y, todo hay que decirlo, de la omnipresente Verdejo.
Los chicos de Meoriga en su empeño por recuperar la viticultura y, con ello, la vida en su pueblo decidieron apostar por ella. La aventura empezó hace casi 10 años y es emocionante ver que consiguen vinos extraordinarios, como este.
Este Esencia 33 representa a la perfección su papel de vino blanco afrutado, con el aliciente de una variedad nueva para explorar.
Todo lo que hay que saber de este vino
Tipo de vino:
Vino Blanco
Variedad:
Albarin
Zona:
D.O. León
Botella:
750 ml
Cata:
Nos ha robado el corazón por ese montón de albaricoques y limones en nariz. Fresco y ligero en boca, no hay nada más refrescante. El vino blanco afrutado que todos tenemos en la cabeza.
Con qué disfrutarlo:
Perfecto para un buen aperitivo, porque su sensación afrutada te abrirá el apetito. De eso se trata. Pruébalo también con pescados, ensaladas y verduras en general. Aunque si quieres sorprenderte, nuestro consejo es que lo abras con un queso de cabra, fresco y ácido.
El productor: Meoriga Bodegas & Viñedos
Meoriga Bodegas & Viñedos podría ser el sinónimo de ideas claras y mucha ilusión para hacer vinos que no responden a la tradición y que les han lanzado al estrellato
Los chicos de Meoriga tienen en común su origen: son de Mayorga. Un pueblecito al norte de Valladolid. Algunos se criaron allí, otros solo iban los veranos. Pero todos guardan un recuerdo imborrable del pueblo.
Cuando la cooperativa de vino cerró decidieron tomar cartas en el asunto y hacerse ellos cargo. Todos tenían viñas de la familia, el sentido de pertenencia y ganas de hacer algo bueno para el pueblo. Así que Recuperar una tradición y un pueblo fueron los motivos.
Para hacer vino no sólo hace falta ilusión. También conocimientos y medios. Había mucho trabajo: en reestructurar la viña y en renovar el edificio y los medios.
Como en todos los proyectos tiene que haber una idea feliz. La de Meoriga fue dar paso a nuevas elaboraciones, olvidándose de estilos viejunos y pensando en el deleite de su público. Sus vinos semidulces y de aguja les han lanzado al estrellato.
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