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Este Briego Fiel es un Ribera del Duero rematadamente moderno: sólido y robusto.
Cuando Fernando planea Briego Fiel piensa en un vino con un toque de modernidad en la Ribera del Duero. Él, de familia viticultora, fundador junto con su hermano Briego allá por el 92, y que acumula unas cuantas vendimias a sus espaldas, imagina otro Briego. Distinto de lo que ya elabora, alejado del estilo clásico que es la seña de la casa.
Para conseguirlo, usa una de sus parcelas más especiales, La Nava. Y diseña una enología también más moderna, haciendo la fermentación maloláctica en barrica. Además, aquí, la crianza es nada más y nada menos que 20 meses de barrica francesa. El resultado es un Ribera del Duero moderno, actual con más enjundia: sólido y robusto.
Tipo de vino:
Vino Tinto
Variedad:
Tempranillo
Zona:
D.O. Ribera del Duero
Crianza:
20 meses en barrica de roble francés y americana
Botella:
750 ml
Cata:
Nos han encantado esos aromas de menta, laurel, pimienta... Un vino intenso, bien hecho, de una pieza. Por eso os decimos sólido. Con un buen equilibrio entre la acidez y los taninos. Un paladar largo y muy muy sabroso.
Con qué disfrutarlo:
Podéis disfrutarlo sólo, sin más que una buena copa. Porque es de esos vinos para paladear. Si no, una buena carne, a la parrilla o a la plancha. No necesita parafernalia. Por cierto, acordaos de decantarlo.
Bodegas Briego fue fundada por tres hermanos, los Benito - Hernando: Gaspar, Fernando y Javier. De los 3 Briego, Fernando es el enólogo. Él se encarga de elaborar los vinos. Mientras que Gaspar y Javier se reparten el campo. Que no es poco.
Los Briego cuentan con 77 hectáreas de viñedo propio, todo Tinta Fina, todo en Valladolid, en el pequeño pueblo de Fompedraza. En esta zona de la Ribera del Duero, las altitudes pueden llegar hasta 900 metros. Eso significa que, aunque el verano sea caluroso, por la noche refresca y, vaya si refresca, con temperaturas que pueden caer hasta 20ºC fácilmente. Así pasamos de tener 25-28ºC durante el día a llegar a 5-8ºC por la noche. Estos cambios bruscos, hacen que la madurez sea muy muy lenta y que la materia colorante y los taninos no se destruyan por el calor, con lo que la uva tiene mucha estructura. Pero además, ese clima seco y la ausencia de calor prolongado evita que la planta tenga enfermedades y por eso en esta zona de Ribera del Duero se puede vendimiar tan tarde una uva sana y sin enfermedades.
La bodega no es un alarde arquitectónico, ni falta que le hace, porque es cómoda, sencilla y muy limpia. Que al fin y al cabo es lo que importa. Las bodegas no se hacen para enseñar sino para trabajar en ellas y de eso, y no de las visitas, dependen los vinos.
Briego cuenta con todo lo que se necesita para hacer grandes, grandísimos vinos: depósitos de acero inoxidable, una nave de barricas bien acondicionada y material pensado para respetar la uva. Con estas sencillas normas trabajan en Briego, haciendo vinos que representan ese espíritu de la Ribera del Duero que se basa en el frescor y en la elegancia más que en la rudeza y la tosquedad.
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