Producto añadido a tu carrito de la compra
Hay 0 artículos en tu carrito. Hay 1 artículo en tu cesta.
GASTOS DE ENVÍO GRATIS A PARTIR DE 90€
*Para entregas en España penínsular
Viña Romana es un proyecto heroico. En las zonas rurales del mundo del vino, hay enclaves que son más privilegiadas. Y no nos referimos sólo a que su clima o su orografía o su suelo sean más convenientes para lograr buenos vinos. Sino a que, social, políticamente o, a veces, por caprichos del destino, quedan apartados del mundanal ruido. Lejos de carreteras principales, de planes de expansión, de autopistas y centros de población. Lejos de todo. Eso complica las cosas y aunque enológicamente sean privilegiadas pierden su influencia. Pero a pesar de eso, hay gente que es capaza de luchar contra adversidades para sacar adelante sus proyectos, que muchas veces no son sólo negocios, sino formas de vida.
Eso es lo que ocurre con Viña Romana y Jose Luis Flores.
Viña Romana nace en Los Arribes del Duero, una pequeña y sorprendente comarca entre Zamora y Salamanca, ya en la frontera portuguesa. Viña Romana es de los lugares a los que hay que ir a propósito. Pero cuando vas, sabes que ha valido la pena.
Jose Luis reconstruyó la antigua cooperativa del pueblo y la adaptó para elaborar vinos de calidad. Mantuvo algunos de sus elementos más curiosos, pero renovó la tecnología para conseguir su objetivo.
Jose Luis Flores encara retos como parte de su personalidad. Es lo que llamaríamos ahora un emprendedor. Porque dejar su Bilbao y sus negocios y regresar a la tierra de sus padres a hacer vinos tiene mucho de valiente. Arribes nos parece una zona interesantísima y muy poco valorada. Sus variedades autóctonas, Juan García y Bruñal, son auténticas desconocidas. A Jose Luis eso no le importó nada de eso. O quizás esos “inconvenientes” sólo le animaron más. El caso es que allí se plantó con su proyecto y su ilusión. Hoy, más de 15 años después sigue con entusiasmo y celebrando cada avance
Bruñal D.O. Arribes del Duero Vino Tinto
Un vino, como una sinfonía clásica, elegante, sobrio y desde luego, emocionante. Seguir leyendo