2020: Resumen de un año convulso de vino

Curiosidades del Mundo del Vino

2020: Resumen de un año convulso de vino

Ruth de Andrés | 27 enero, 2021

 Acabó por fin este 2020, aunque 2021 no suena muy prometedor. Un año histórico, que todos recordaremos: pues cuando fue la pandemia mundial… ¡Ya está el abuelo con sus batallitas! En Vinistas, os contamos como ha sido el año de vino.Os dejamos tres ideas que nos han marcado este 2020. Nuevos consumosArrancamos con una perogrullada: el … Continúa leyendo 2020: Resumen de un año convulso de vino

 

Acabó por fin este 2020, aunque 2021 no suena muy prometedor. Un año histórico, que todos recordaremos: pues cuando fue la pandemia mundial… ¡Ya está el abuelo con sus batallitas! En Vinistas, os contamos como ha sido el año de vino.

Os dejamos tres ideas que nos han marcado este 2020.

 

Nuevos consumos

Arrancamos con una perogrullada: el consumo en casa se ha disparado. Los expertos coinciden en que esta realidad ha llegado para quedarse. Aunque regresemos a nuestra (bendita) normalidad, el hábito parece haberse instalado. Circunstancias y mascarillas obligan a beber de puertas para adentro. Y eso hemos hecho. Beber más en casa.

Pero, aquí otro dato a tener en cuenta: el nivel en casa ha subido. Es decir, bebemos vinos más caros en casa que lo que bebíamos en los bares. Quizás la explicación es que los que no bebían habitualmente y ahora deciden abrirse una botella en casa, prefieren descorchar algo realmente bueno, sin tanta atención al precio más barato. La sofisticación no está reñida con las pantuflas, parece ser. También es verdad que un mismo vino cuesta más fuera de casa. Comprar en tienda es más barato que hacerlo en el restaurante. Lo sabemos y eso hemos hecho.

Sea como fuere, hemos bebido más en casa y más calidad. Tu paladar agradece la tendencia.

 

Nuevos consumidores

Al hilo de esto, se consolida la tendencia minimalista: menos pero mejor entre los nuevos consumidores. Parece que nuestros queridos millenials se incorporan al mercado del vino, después de dejar atrás otras bebidas alcohólicas más… ¿sencillas? No sabemos bien como decirlo. Pero el caso es que el sector les acoge con los brazos abiertos y parece que ellos se encuentran a gusto en la categoría.   

Por lo pronto, nos regalan corrientes como ésta. Los jóvenes beben menos que las generaciones anteriores, pero no dudan a la hora de gastarse más. No quiere decir que compren lo más caro, sino que buscan relación calidad-precio a un precio mayor. Porque eso es algo que también dejan claro. Pero sí que buscan y rebuscan para encontrar lo mejor al mejor precio. Esta nueva generación se informa, investiga, está abierto a probar y tiene pocos prejuicios. Internet es la consigna.

Además, los estudios dicen que son infieles. Irremediablemente. Quizás más que infieles, habría que decir que son más de poliamor. No son de marcas, sino de enólogos, con cara y ojos. Saltan de flor en flor para volver de vez en cuando a reencontrarse con un viejo conocido. Aquí y allá, no se casan con nadie porque les puede la curiosidad.

 

Vinos locales

Además de beber en casa, bebemos lo de casa. Esto no es algo nuevo. Descubrir productores, variedades, denominaciones cercanas y ponerlas en valor es la moda mundial. Nunca los americanos habían bebido tanto vino americano y hasta los ingleses reivindican su espumoso.

Lo local gana adeptos y esto se ve en la reivindicación de las variedades autóctonas y las pequeñas denominaciones de origen.

Para los viejos europeos, nos resulta hasta gracioso. Pero no sabéis el enorme interés de los californianos en descubrir y recuperar variedades de uvas que llevaron los misioneros españoles durante la conquista. Encontrar algo así como una variedad autóctona californiana que se diferencia de las tan manidas Cabernet Sauvignon, Pinot Noir o Merlot es ahora el Dorado de los viticultores americanos.

Y aquí nuestra cuña: con la cantidad de ellas que tenemos en nuestra península y algunas perdiéndose… ¡qué lástima y qué desperdicio! Apoyamos a esos viticultores intrépidos que trabajan e investigan esas variedades abandonadas para traéroslos. 

 

La vendimia

Este resumen no estaría completo si no dedicamos un apartado a nuestra vendimia. Una vendimia rara, como todo el año, con muchas alegrías, algunos sinsabores y, sobre todo muchos, nervios.

Ha habido dos agentes remarcables: dos minúsculos agentes, microscópicos que nos han traído de cabeza. Una, un virus, perdón, que nos repetimos. El otro, un hongo.

Si ya es difícil planear la logística de una vendimia, en época de pandemia ha sido una locura. Con las cuadrillas trabajando a lo loco, la uva llegando a la bodega, las fermentaciones y todas las medidas sanitarias para garantizar la seguridad de todos los trabajadores. Ha habido que organizar grupos burbuja para trabajar por parcelas, a veces hasta por líneas. También, para circular por bodega y trabajar en las distintas zonas.

Y muchos nervios. Y mucha ansiedad. Porque nadie enfermara, y por las condiciones. Porque trabajar al ritmo frenético de vendimia a pleno sol, con mascarilla no es cómodo. En vendimia las jornadas se alargan y es lo normal. Pero alargarlas con esta tensión, con las mascarillas y todas las medidas, no ha sido sencillo.

Pero en fin, la uva entró y se fermentó y ya empezamos a tener los primeros vinos de este 2020 listos.

 

El hongo

El siguiente agente diminuto ha sido un hongo. El mildiu ha campado a sus anchas por todo el país. Incluso allí donde hacía años que no se le veía aparecer.

La primavera tan lluviosa junto con las suaves temperaturas que siguieron a las lluvias crearon las condiciones idóneas para el desarrollo del hongo. Afortunadamente, el verano seco y caluroso frenó su desarrollo, por lo que su impacto fue mayor en el rendimiento que en la calidad. Digamos que, en el momento de la vendimia, el hongo estaba ya seco por lo que la calidad de las uvas no se vio tan resentida. Sin embargo, sí menguó el rendimiento, pues afectó al desarrollo de la planta y sus frutos durante el estado vegetativo. Pero ningún drama. Los números finales hablan de 43.2 millones de litros, algo más que en 2019 y similar a la media de los últimos años.

Ha habido mucho mildiu en Galicia, pero esto no es extraño. Los viticultores gallegos conocen de sobra este hongo y se reencuentran con él cada añada. Pero no es lo mismo en la meseta, por ejemplo, donde el mildiu aparece de Pascuas a Ramos. Pero lo realmente extraño ha sido ver Mildiu en el Priorat, donde hace generaciones que no tenían tan desagradable visita.

 

¿Qué podemos esperar de los vinos de 2020?

Si queréis saber qué podemos esperar de los vinos 2020, la verdad es que habría que revisar cada región, incluso cada denominación de origen por separado. Pero a grandes rasgos, podemos decir que aquellos que fueron capaces de vencer el hongo han conseguido una buena cosecha. De calidad, sin lugar a dudas. Quizás no sea la añada del siglo, pero sí una añada para recordar. Los blancos, gracias a las lluvias, tienen unos grados de frescor muy interesantes y, quizás aquí, es donde 2020 nos puede reservar agradables sorpresas.

Hemos catado ya cosas interesantes a las que hay que seguir de cerca y que nos encantará volver a probar en unos meses. Ya más reposadas, tras un tiempo en botella. Respecto a los tintos, también estamos convencidos que, sin ser el año de nuestros sueños, se pueden lograr un puñado de vinos interesantes, complejos y con capacidad de envejecimiento. Posiblemente, más contenidos, menos exuberantes, pero equilibrados y finos.  

¡Salud!

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