Vinos Espectáculo

Consejos y Tips de Vino

Vinos Espectáculo

Ruth de Andrés | 30 noviembre, 2016

En mi afán por hacerme entender cuando hablo de vinos, a veces doy con palabras poco ortodoxas pero muy útiles y muy entendibles. Este es uno de esos términos: os lo cuento.

 

Espectáculo: Acción que causa escándalo o gran extrañeza. De las 4 definiciones de la RAE para espectáculo, me quedo con esta para este post. Ya os expliqué alguna vez que siempre estoy intentando buscar palabras que me ayuden a definir los vinos. Términos que sean fácilmente entendibles y así podamos definir los vinos de manera efectiva. Adopté esto de vinos- espectáculo hace varios años y me es muy útil porque define con exactitud un tipo de vinos que abundan mucho. Me explico.

 

¿QUÉ SON LOS VINOS ESPECTÁCULO?

Los vinos espectáculos son como un show de luz y color, estridentes, impactantes, intensos… Vinos a los que no les falta de nada. Son excesivos, olvidando el encanto de la sencillez. Mucha gente se equivoca y piensa que esa sofisticación extrema es sinónimo de un gran vino. Pero nada de eso: olvidan que los grandes vinos son precisamente los más elegantes. Y eso no es ponerse encima toda la ropa y todos los accesorios que hay en el armario. La elegancia es otra cosa. Al final, son vinos que se hacen para impresionar, pero no para disfrutar bebiendo.

 

¿CÓMO SE DISTINGUEN LOS VINOS ESPECTÁCULO?

Son vinos potentes, en todo el sentido de la palabra:

  • Color: opacos completamente, con mucha capa.
  • Nariz: intensos, penetrantes pero todo basado en una sola gama de aromas: los de la barrica. Así que huelen a coco, vainilla, ahumados y tostados.
  • Boca: potentes, con taninos presentes y mucho cuerpo. Pero también alcohólicos y faltos de acidez y frescor. Vinos pesados en definitiva.

Por eso son vinos de los que con una copa, acabas harto. Porque son pesados, no tienen vida y cuesta beberlos. Les falta brillantez y les falta frescor. Así que hay vinos espectáculo y vinos ricos de tomar.

 

¿CÓMO SE HACEN ESTOS VINOS?

Técnicamente son vinos que se hacen a partir de uvas casi sobremaduras, muy concentradas. Luego en bodega, se trabaja para conseguir aún más concentración, más extracción. La receta se basa en maceraciones largas, con mucha barrica nueva y crianzas demasiado largas para la uva que se utiliza. La ración extra de roble hace que la copa huela más a tablón que a vino. Por eso al final la barrica acaba cargándose al vino.

 

¿POR QUÉ SE HACEN ESTOS VINOS?

Pues durante años eran vinos que se hacían para epatar a los críticos. Vinos en donde metías la nariz y aquello era una profusión de aromas impresionante. Pero todo en batiburrillo, sin orden ni concierto. Como os decía antes, un poco como abrir el armario y colgárselo todo encima, sin criterio. Ahora, por suerte para todos, esta moda está pasando y se vuelven a valorar los vinos más frescos, más bebibles. En definitiva, vinos más refinados y equilibrados, en donde no hace falta tener toda esa profusión de aromas y sabores entremezclados porque su encanto radica precisamente en su sencillez.

 

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